Durante mucho tiempo nos estuvimos preparando como país, como región y como escuela, para celebrar el Bicentenario. Existe un refrán que dice "El hombre propone y Dios dispone", creo que es el tiempo de preguntarnos que desea Dios de nosotros. Al conversar con mis apoderados y otras personas de la ciudad, concluimos que Dios quiere que celebremos el Bicentenario reconstruyendo, pero no solo casas, edificios y escuelas, sino, reconstruyendo la relaciones, las confianzas, los afectos, los valores.
Esto es un gran desafío que tenemos como país y como comunidad y los centros educativos y sus distintos departamentos debemos aportar con nuestro grano de arena para que la celebración sea de acuerdo al sentir de Dios.